Cuanto más entras en el espacio del envejecimiento activo, más se ve la dificultad de muchas personas para enfrentarse a una nueva situación vital importante.
Una de las primeras preocupaciones consecuencias de la falta de ocupación, que implica la jubilación, es ¿qué voy a hacer con mi vida?. De pronto, de la clásica división del trabajo, vida y cama se pasa a cama y ¿qué vida es esta?.
Mucho se habla de la necesidad de envejecer en su casa, en su barrio, con su gente y se ve que no es factible en muchos casos.
La vida se vive una vez. Durante la mayor parte de ella, la mayoría de las personas la tienen que dedicar como objetivo principal a trabajar, en muchos casos en actividades o profesiones que no desean o no les llenan.
¿Por qué hay que seguir haciendo algo que no nos llena?. ¿Por qué no aprovechar ese momento tan importante que es un cambio de vida obligado para cambiar realmente todo aquello que no nos gusta?.
Lo sucedido ha abierto muchas mentes.
Existen nuevas opciones de vida a partir de los 60 es cuestión de imaginárselas y ponerse en marcha.