Una de las realidades que cada vez se impone más en estos momentos en la sociedad es la oportunidad de la gente mayor de vivir en comunidad, lo que se viene a denominar: “SENIOR COHOUSING”.
Sin perjuicio de que existen multitud de fórmulas para ello nos gustaría definir la que se considera más conveniente para la situación existente en las urbanizaciones con déficits y como se puede llevar a cabo su legalización.
La idea es organizar una zona residencial de viviendas en planta baja de unos 50/60 m2 de tamaño con uno o dos dormitorios máximo, baño adaptado, cocina americana y entrada anterior y posterior adecuada para poder mantener reuniones en cada estación del año con vecinos y familiares.
En las viviendas existirá un control domótico de las mismas para que no exista en ningún momento, un problema añadido por descuido, caída o abandono de la persona mayor con el objetivo de facilitar la vida en el domicilio hasta una edad lo más avanzada posible.
Las viviendas se construirán mediante técnicas y materiales de bioconstrucción, independencia energética, consumo nulo de energía, calefacción de suelo radiante mediante un sistema común de almacenamiento y distribución de energía, con agua caliente sanitaria independiente etc.
La distribución de las viviendas se hará en base a la eficiencia que técnicos y profesionales de cada sector determinen en unión de cada uno de los propietarios que diseñaran junto a los profesionales, la vivienda que desean.
El conjunto será intergeneracional y estará no solo permitido sino auspiciada, la existencia de mascotas como medida de apoyo emocional.
Junto a las viviendas particulares estarán los edificios centrales convenientemente ubicados para una distribución lo más equilibrada posible de las diferentes viviendas y del resto de zonas comunes.
Los edificios comunes se compondrán de: